sexta-feira, 17 de junho de 2011

HAY QUE VOLVER A LEER AL PATO DONALD.

El libro “Para leer la Pato Donald”. De Ariel Dorfman y Armad Mattelart fue publicado en la década de los años setenta durante el Gobierno de la Unidad Popular en el Chile ocasionando un gran impacto en la sociedad de ese entones. En sus páginas se exponía que detrás de inocentes caricaturas como Hugo, Paco y Luís, se proyectaba la propaganda cultural e ideológica del capitalismo norteamericano es decir que la “historietas de Disney, más que un entretenimiento infantil, era un manual de instrucciones para los pueblos subdesarrollados sobre como han de ser sus relaciones con los centros del capitalismo internacional”. Asevera el especialista Roberto Langella

De igual manera, este libro denunciaba implícitamente el comportamiento de los medios de comunicación, sus doctrinas y sus estrategias de manipulación y homogenización del pensamiento político a favor de las ideologías dominantes. Sus denuncias fueron tan polémicas en aquellas épocas que un periódico francés llegó a titular en su portada “El Pato Donad está en contra de Allende”. [1]

Por otra parte, en diversos centros de educación el texto de Dorfman y Mattelart inspiró a muchos lectores a educarse en destrezas técnicas y profesionales para comprender y develar que las noticias o textos informativos siempre tiene un trasfondo político, social y cultural; y que la objetivad periodística expresada en caricaturas, artículos de opinión o titulares se encubren de forma explicita o implícita los intereses económicos e ideológicos de quienes ostentan el poder.

Sobre, este tema de la manipulación y las estrategias que utilizan los medios de comunicación y a un mes de efectuada la consulta popular en el Ecuador y más allá del triunfo de la opción SI, que promoviera el Gobierno de Rafael Correa; una vez más se manifestó la importancia y la influencia mediática que tienen los medios de comunicación sobre los electores.

Ellos(los medios) se la jugaron para defender sus tesis políticas, alterando e incidiendo en la opinión de sus electores, a través de técnicas comunicativas conocidas como el/los “excesos” y “rebotes de información”. Dichas técnicas terminaron confundiendo y auto censurando a los ciudadanos frente a las diez preguntas que tuvo la consulta y que desde una perspectiva critica, se evidenció que en la mayoría de los medios de comunicación sólo se dedicaron a plantear a los electores el voto en “plancha”, es decir se estaba en contra o favor del gobierno ecuatoriano, obviando o restando importancia a cada una de las preguntas.

Asimismo las estrategias de “rebotes y excesos de información”, se vieron reflejados en los más diversos formatos periodísticos como noticias, paneles y reportajes. Los discursos populistas y las rencillas personales entre los diversos actores y representantes del mundo político y cultural fueron la tónica de la campaña comunicativa; y que en ningún momento, los medios intentaron aplacar o poner en el tapete los reales problemas o soluciones que la sociedad ecuatoriana requiere con urgencia. Siguiendo el juego y defendiendo intereses económicos y políticos que solamente el mercado les puede brindar.

De igual manera, estas estrategias estuvieron presentes en las últimas elecciones en el Perú, los medios de comunicación del país vecino, del mismo modo utilizaron similares tácticas para con los electores, evitando que ellos puedan ejercer su voto con mayor libertad y discernimiento, cercando todas las posibilidades a que los ciudadanos peruanos pudieran leer críticamente las propuestas sociales y políticas de dos candidatos, ambos, de carácter populista y defensores del modelo neoliberal. Además, la prensa en general provocó e incidió en que los electores se enfrentarán entre si, creando brotes de violencia callejera que permanecerán por mucho tiempo en la retina de los peruanos y en la historia política de ese país.

En consecuencia el proceder de los medios peruanos y ecuatorianos demostraron que las denuncias y las propuestas planteadas por el libro “Para leer al Pato Donald, sigue estando vigente en algunos países latinoamericanos y que en pleno siglo XXI, el populismo y las viejas estrategias de comunicación e información siguen “caminado” juntos en los poderosos medios de comunicación ligados al poder de siempre y que enmarañan los principios democráticos que deben regir a los partidos políticos y a la prensa en general.

Frente, a estos comportamientos manipuladores y poco éticos de los medios de comunicación se debe retomar los preceptos críticos y reflexivos expresados en el libro de Dorfman y Mattelart para poder contrarrestar de mejor manera, el avance del populismo, las lógicas y las ardides del poder que aún siguen estando presente en los grandes consorcios de medios de comunicación.


Miguel Ángel Soto.


http://www.elproa.cl/

Chile

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