Por Pablo Neruda Nixon, Frei y Pinochet hasta hoy, hasta este amargo mes de septiembre del año 1973, con Bordaberry, Garrastazú y Banzer, hienas voraces de nuestra historia, roedores de las banderas conquistadas con tanta sangre y tanto fuego, encharcados en sus haciendas, depredadores infernales, sátrapas mil veces vendidos y vendedores, azuzados por los lobos de Wall Street, máquinas hambrientas de dolores manchadas en el sacrificio de sus pueblos martirizados, prostituidos mercaderes del pan y del aire americano, cenagales, verdugos, piara de prostibularios caciques, sin otra ley que la tortura. y el hambre azotada del pueblo. | SALVADOR ALLENDE En el 34 aniversario de su muerte. Duele, duele la cicatriz que vos dejaste duele en la memoria hasta la sombra duele el día señalado de septiembre hasta perder la soga en el abismo duele no haber pensado en el mar que va y viene con su manto sorpresivo duele el oleaje peninsular de la advertencia con sus maromas de viento íntimo y cuerdo duele el recuerdo de no haber podido todo mientras aguantó tu cuerpo persuasivo duele el vacío del aliento místico perdido la pura democracia débil en volumen duele el beso del adiós en la frente afiebrada hasta dejar la celeste aureola que no huye.
Considerando en primavera la constancia sin pensarlo llovieron fuegos en Santiago momentos graves de la vida, cantar de salvamentos a la eternidad pasó Salvador Allende en sus verdades muriendo de cuerpo no de tiempo. Enfrente a La Moneda estuvieron los tanques Rousseau levantó el dedo acusador pero todos miraron al costado. Tanto pienso en la dulzura triunfal y sonriendo tanto, tanto y hoy nada, amada masa afectada tanto, tanto, árboles arrastrados por la corriente con mineros navegando sorprendidos, anunciados socavando adentro, picando tierra roja herrumbre levantando palos rotos y mercadería errante. Considerando en primavera la constancia morir de pie en la inmortal jornada señalado estaba desde cuando tú naciste. |
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Do e-mail enviado por Carta O Berro, de Wanderley Caixe.
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